Barajar y dar de nuevo – Bienvenidos a la Librería Hyunam-Dong de Hwang Bo-Reum.

Ambientada en una sociedad conservadora como la coreana, Lee Yeongju decide dejarlo todo y comenzar de nuevo desde cero. Esta vez, se propone hacer las cosas a su manera, cumpliendo su sueño de abrir una librería independiente.


Libros

Por Juan Manuel Robledo





"Bienvenidos a la Librería Hyunam-Dong" vendió más de 3.000.000 de copias en todo el mundo.

¿Qué es lo que pasa cuándo tenemos una vida establecida de acuerdo con lo que una sociedad conservadora espera de nosotros?: Un título universitario, mucho dinero, un buen trabajo con una excelente carrera laboral y un matrimonio con una persona trabajadora y quien también tiene una excelente carrera. Para la mayoría de las personas, esta parece ser una fórmula que asegura una felicidad infalible. Pero la historia que nos relata Bienvenidos a la Librería Hyunam-Dong nos demuestra que hasta lo que parece una vida soñada, puede traernos solamente desdicha.

 

La historia de esta novela, de la autora coreana Hwang Bo-Reum, sigue a Yeongju, una mujer en sus años 30 que vive en Seúl, quien pasó toda su vida haciendo lo que se esperaba de ella: estudiar, casarse y tener una carrera exitosa; Hasta que, tras su divorcio y cansada de cumplir con las expectativas de otros, decide dejarlo todo atrás para perseguir su sueño de tener una librería independiente. Es así como Yeongju abre la librería Hyunam-Dong, que lleva el mismo nombre del barrio ficticio donde se encuentra situada.

 

Con el desarrollo de la historia – cuyos protagonistas serán los libros y el café – Yeongju irá conociendo a diferentes personas que se acercan a la librería, quienes enfrentan sus propias luchas personales: matrimonios infelices, trabajos miserables o la falta de trabajo, e incluso la incertidumbre de quienes no saben que quieren hacer con su vida.  Uno de estos personajes será Minjun, quien ya desde el principio de esta historia (solo un pequeño spoiler, muy chiquito) empezará a trabajar en la librería como el barista que prepara café para los clientes.

 

En este punto hace falta hacer una aclaración: la novela no viene a romantizar el discurso de ser felices y perseguir nuestros sueños (con frases trilladas de influencer de Instagram), sin detenernos a pensar las consecuencias que ello puede suponer en nuestra vida. Por el contrario, la novela nos muestra constantemente la lucha de Yeongju para mantener funcionando la librería y de cómo le ha advertido a Minjun al momento de contratarlo que, si las cosas no funcionan, ella solo podría mantener la librería abierta por 2 años, y que luego de eso no podría asegurarle que mantenga su trabajo como barista. En una era donde cada hijo de vecino planea poner su startup sin tener al menos conocimientos básicos de marketing o de administración, la historia merece el reconocimiento de mantener un hilo realista, donde el mundo no es todo color de rosas.

El suave brillo de las luces parecía envolver a la librería como una presencia protectora. Yeongju alguna vez le había compartido los cinco motivos por los que cada barrio debería de tener una librería independiente. En aquel momento pensó que él estaba contemplando el sexto motivo. Ver la librería desde fuera lo hacía feliz.

 

Vemos cómo la protagonista empieza a cargar con el peso real de sus decisiones, sobre todo cuando se enfrenta a su madre, quien no duda en recriminarle su camino profesional y el hecho de haberse divorciado. Pero seamos sinceros: ¿quién no ha sentido alguna vez el juicio silencioso —o bien ruidoso— de sus padres? ¿Cuántos de nosotros elegimos una carrera o tomamos decisiones importantes simplemente por no decepcionar a la familia? Lo que le pasa a Yeongju, en el fondo, nos pasa a muchos cuando rondamos los treinta: llega ese momento incómodo de preguntarse si lo que elegimos hasta ahora realmente nos ha hecho felices. Y claro, cada quien juega con las cartas que le tocaron, no todos partimos desde el mismo lugar. Pero aun así, la pregunta está ahí: ¿hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos?

 

La novela toca un tema que, aunque parezca increíble, todavía está muy presente en muchas de nuestras conversaciones: nuestra relación con el trabajo. ¿Por qué tenemos que entregarle la mayor parte de nuestra vida a algo que hacemos solo para cobrar un sueldo? En plena era de inteligencias artificiales y automatización, uno pensaría que la tecnología debería estar para hacernos la vida más fácil. Pero no. Lo que abunda son los trabajos mal pagos, inestables y sin derechos —llámese Uber, Rappi o cualquier otra app de reparto y transporte— que exprimen a una generación entera que solo quiere vivir un poco mejor, estudiar, progresar y no pasar toda la vida quemándose en trabajos explotadores. Y es justamente ese desgaste, esa exigencia absurda, lo que empuja a la protagonista a frenar en seco y animarse a cumplir su propio sueño: abrir una librería y empezar de nuevo, pero por cuenta propia.

 

Bienvenidos a la Librería Hyunam-Dong no es un libro de autoayuda. No viene a dar respuestas a preguntas que nos aquejan en algún momento de nuestra vida. No promete fórmulas de felicidad, ni tampoco viene a decirnos como tenemos que vivir nuestra vida (justamente, eso se lo deja a la sociedad que constantemente nos dice que tenemos que hacer o como vivir). En cambio, el libro y sus personajes nos regalan una historia diferente, una historia que nos dice que no es nuestra culpa que las cosas no nos hayan resultado como queríamos y que está bien tomarse una pausa para volver a barajar y dar de nuevo, acompañados por un buen libro y una taza caliente de café.


JMR

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